12 noviembre, 2004

DIES NATALIS

Un día salí de mi casa
Un día nublado y tibio
Un día rojo y plomizo
Vi caer fina lluvia
Sentí abrazarme unos fríos brazos
Un día observé con atención
el suave ósculo de la nube gris
Y esperé también que la relojería del universo entero
se arrodillara ante mi nueva brujería.
Sonreirle a la muerte.
Conversarle de la vida.
Me sonreí.
Era todo un día
que tal vez otro día
hubiese sido humo.
Era todo un día
Todo un día para mí.