09 abril, 2011

Puedo

Puedo convertir las horribles palabras en música tibia
En suaves notas llenas de terciopelo blanco
Pero no hay sosiego en estas horas de oscura desidia
Prefiero arrancarme el corazón y lanzarlo al barranco.
No hay lugar para los versos negros que intimidan
No hay espacio aún para jugar al tiro al blanco
Pero tengo en mi alma un peso que aniquila
Rápidamente, como un tórrido desencanto.




Me olvido de las horas, de los juegos
Me aburro de rimar hasta el final
No hay nada que deba hacer, ni siquiera estos versos
Pero escucho aquel sonido de esperanza…
… aún en este día mortal.


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