24 octubre, 2011

Pedazo de cielo



Tomo un pedazo del cielo tuyo
aquel que ahora se cae lentamente
y decido gritar en la cima
de la colina más alta de tu alma.


Esto no lo he preparado,
no lo he pensado dos veces...
porque a veces así es como actúo,
como una bestia enloquecida
que no aguanta verte triste.


Camino unos instantes
con un pedazo de cielo tuyo
y encuentro una guitarra
que canta desconsolada en una esquina.
Me acerco, le susurro al oído...
Padece tu enfermedad de dolor
y le acaricio el cuello, el vientre
y lentamente cantamos juntos
una nueva canción...


De verdad que no pienso dos veces
todo nace sin remordimientos
y el pedazo de cielo tuyo que aún tengo
se convierte en arcoiris,
en un caballo azabache, brillante,
en un ímpetu y un día completamente desconocido...


Y ahí apareces
esbozando una tímida sonrisa
en aquel mundo que has creado
y te invito a caminar y a cantar
con aquel pedazo de cielo
que ha vuelto a vivir en las alturas
para llenar de colores nuevos tu alma...

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