La madrugada se esfuma
y da paso a una lenta mañana
El calor aún me abruma
pero es el recuerdo de tu mirada
Tus ojos caen sobre mi mente
como estrellas en el cielo abierto
y cierro los ojos, pueblas los continentes
de mi mundo plagado de recuerdos.
Los tomas con una mano, los llevas
lejos de mi vista, me tomas de imprevisto
y no tengo nada más que una sonrisa
porque me haces sentir mejor en la simpleza.
En la simpleza de este día que comienza,
de este paisaje, de estas casas viejas
afuera de mi amplia ventana.
Eres el calor que llena mis mejillas
de rubor nuevo, de caminos desconocidos.
Y por la vida que me queda que prometo
no morir antes de ver tu rostro de nuevo.
30 noviembre, 2011
10 noviembre, 2011
Nuevo día
La sonrisa del cielo despejado, azul, despreocupado
Se torna un peso sobre mis hombros en la noche iluminada
Por la luna porosa que observo con mis ojos entornados
Y no hay nada que me llene de paz, que me regale esperanzas.
Pero en un rato el sol sale una vez más con la frente en alto
Y tal vez la luz de la mañana llene el campo de nuevas batallas
Con la idea de poder triunfar como en las guerras de antaño
Cuando el viento acariciaba mis rimas blancas.
Ahora el dolor de la soledad es el clímax de mis versos
Y navego errante en las tibias venas de mi sentir hecho trizas
Con los brazos caídos como un sauce perdido y viejo
Queriendo ser libre de sus raíces, de su cercana partida.
Entre tantos cariños que le hace el aire a mis cabellos
Me pierdo esta jornada que se extingue sin salidas
Y en vez de seguir las horas siguientes llorando por dentro
Escribo esto con la sangre que aún le queda a mi vida.
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