10 noviembre, 2017

Sima

En la sima de este calor congelado
están mis puños cerrados contra la piedra
aquella piedra caliza que deseo calentar
para enterrarme en este fin de carretera.

Colores impuros nacen como haces de dolor
desde esta piedra contaminada de tristezas
y aquí con los ojos cerrados veo todo
tan claro como en una noche de tormentas.

Quedan segundos, creo, para el gran final
aquí en el fondo de este averno sepulcral
y lo veo todo con la ceguera eterna

de quien camina en círculos en la tierra
esta tierra seca y blanca como mi moral
esperando que pronto todo esto por fin se muera.


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