Astuto
como ave de rapiña
atento
y ahí muero
en el campo de batalla.
Uno...
dos...
tres segundos y caigo
por el barranco
persiguiéndote
mientras te vuelves humo,
neblina inagotable...
inalcanzable.
Astuto
inexistente
y loco
como un ave de rapiña
esperando
el momento exacto
para atacar
al aire nauseabundo
que impregnaste
muchos años atrás.
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